La historia se desarrolla en un pequeño templo Shinto dedicado a las cosechas en la era Edo. Makoto Saeki vive allí con su padre y con Gintaro, un espíritu zorro, que es un mensajero de los dioses. Makoto es además la única capaz de ver al espíritu.
La historia se desarrolla en un pequeño templo Shinto dedicado a las cosechas en la era Edo. Makoto Saeki vive allí con su padre y con Gintaro, un espíritu zorro, que es un mensajero de los dioses. Makoto es además la única capaz de ver al espíritu.